
Antes de ayer, los cirujanos de nuestro hospital se reunieron para mirar la última resonancia y ayer hablaron con la oncóloga para dar su impresión. Pues, resulta que ellos también piensan que podrían operar. No sólo estaría la cirujana que operó a Alejandro en Marzo, sino también el jefe de traumatología que parece que es experto en esta parte de la espalda, los nervios, etc. Nos tenemos que reunir con ellos el martes para hablar de todos los detalles, pero si se decide seguir adelante, seguramente el jueves de la semana que viene, o el viernes como más tardar, Alejandro ya estará en el quirófano. Uff. Es una cirugía que tiene ciertos riesgos que casi prefiero explicar con más detalle el martes, una vez tomada la decisión. Pero, en un principio hay dos cosas que podrían pasar. Una neuropatía de por vida o acabar con el pie izquierdo "caído". En el primer caso, si el riesgo es muy grande y la neuropatía tiene posibilidades de ser importante, me imagino que diremos que no queremos operar. En el segundo, querríamos más detalles. También, quiero pensar que existe la posibilidad de decirles que adelante, y dependiendo de lo que encuentran una vez allí, autorizar o no que sigan con la resección. En este caso al menos conseguirían varias biopsias para al menos saber contra qué exactamente estamos luchando en este momento.
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