domingo, 30 de octubre de 2011

¡Papeles entregados!


JUEVES 27 DE OCTUBRE DE 2011
He tenido que sentarme y volver a leer mis últimos posts para acordarme de todo lo que ha venido pasando en este último par de semanas. No es que no sepa lo que está pasando, simplemente se me hace difícil recordar si algo ha pasado hoy, o pasó ayer o en los días anteriores. Los días son muy largos y suelen empezar de una manera y acabar de otra, y a veces es difícil poner orden.

Esta noche los chicos se han ido a acostar sin armar demasiado lío. A veces me siento fatal, porque me he convertido en una especie de sargento, aunque esto tampoco significa que los envío a la cama pitando y ya está. Primero leemos un cuento. Luego, Carlos sube a su cama, le doy a Ale todos sus masajes (masaje de pie para que el intestino rule, luego un aceite especial que le pongo en las cicatrices de las cirugías y en la espalda, contra los efectos de la radioterapia), luego nos tumbamos juntos y acurrucaditos, me pregunta si puede cerrar los ojos, le digo que sí y entonces se duerme. Para aquel entonces, Carlos ya está roncando - literalmente. Y esta noche, he conseguido levantarme de ahí y meterme en mi propia cama cuando no eran ni siquiera las 22:30. En mi casa, eso es todo un acontecimiento.

Bueno, volvamos al tema de hoy. Para los que no nos seguís en Facebook, hoy por fin he entregado todos los papeles a la región sanitaria de CatSalut (la comisión encargada de tomar la decisión preliminar, sobre si se aprueba o no la financiación pública para un tratamiento médico en otro país de la UE, que por cierto, sólo se reúne los viernes). Era mi cuarta tentativa, y hoy ha habido suerte. Lo que pasa es que había tenido problemas con un par de documentos que había que entregar. Uno porque estaba firmado por nuestra oncóloga en vez del jefe del departamento. Fácil de arreglar. Luego necesitábamos información específica sobre el tratamiento desde Alemania. Hubo un malentendido y la semana pasada les entregué un e-mail, cuando lo que pedían era un documento oficial firmado por el médico de allí. No tan fácil de arreglar. El viernes pasado escribí un e-mail al médico y, al ver que aún no había sabido nada de él y con otro viernes a la vuelta de la esquina, ayer finalmente lo llamé. Estoy tan contenta de haber llamado... Estaba totalmente saturado de e-mails, aún le quedaban 25 por leer antes del mío. Le expliqué la situación y esta mañana he recibido el documento que faltaba.
En ese momento, estábamos ya en el hospital para la analítica y el control de oncología.  Además, teníamos cita con la anestesióloga. Como mañana es viernes y no queríamos perdernos más reuniones de la Comisión, estuve intentando pensar en cómo atar todos los cabos (la oficina de CatSalut cierra a las 15h). Tras el análisis de sangre hemos ido a ver a la anestesióloga. Resultaba que no nos tenía programados, porque el viernes pasado el hospital tuvo que cerrar todo lo administrativo, las consultas, los quirófanos y todo lo no estrictamente relacionado con pacientes ingresados o urgencias (una de las brillantes ideas del nuevo Conseller de Salut para recortar el gasto sanitario).
En todo caso, nuestra oncóloga programó la cita el viernes pasado después del tratamiento (por lo menos la quimio en ambulatorio no la cancelaron, al menos por ahora), pero como no había nadie de administración para hacer la programación difinitiva, esta mañana hemos tenido que insistir en que era INDISPENSABLE ver a la anestesióloga hoy, sí o sí, puesto que se avecinaban el fin de semana, el 31 (otro día de cierre por recortes), el 1 (día festivo) y el 2 que ya era el día de la operación. Y al final conseguimos verla. Al salir de su consulta todavía nos quedaba algo de tiempo antes de que estuvieran los resultados de las analíticas. Sin resultados no hay control con el oncólogo y, como el personal de laboratorio está tan recortado (otra vez gracias a nuestro querido Conseller de Salut), pueden tardar 4 o 5 horas en llegar, incluso más según qué día. Hoy, sin embargo, esto ha jugado a nuestro favor. He conseguido salir del hospital, correr cuesta abajo hasta la parada de metro, hacer 2 paradas de metro, bajar parte de una colina y subir otra cuesta arriba y llegar al edificio de CatSalut... ¡todo en menos de 20 minutos! La secretaria de oncología, muy maja, ya me había imprimido el documento (gracias, iPhone), así que por fin el dossier estaba completo. Lo han recibido, me lo han sellado así que ahora oficialmente ¡YA NO ESTÁ EN MIS MANOS! Será lo tiene que ser. Yo he hecho mi parte. Ahora les toca a ellos. Se supone que la respuesta preliminar llegará a mediados de la semana que viene. Personalmente, mientras tanto, haré todo lo posible para no pensar en ello. Otra cosa menos de la que preocuparse. Ahora puedo centrar toda mi energía en la cirugía. Por cierto: al salir de ahí, he vuelto a bajar la colina, subir parte de otra, he cogido el metro por 2 paradas, he trepado corriendo hasta el hospital (en total, he tardado menos de una hora entre ida y vuelta) y ¡aún hemos tenido que esperar 2 horas más para ver al oncólogo!
Mañana nos reuniremos con el traumatólogo para que nos explique qué pasará en la operación. Estoy con el corazón en un puño, pero parece que las cosas se van arreglando. Necesito confiar en que esto es lo mejor y en que todo irá bien. Alemania sigue allí, en la línea del horizonte, pero por ahora nuestra energía se concentra en la cirugía. Y ahora que los chicos lo saben, podemos hablar del tema abiertamente. El peso que llevo parece ir aligerándose poco a poco. Y ahora, si sólo pudiera conseguir respirar...

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